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Horror stories: La teoría Sarah Silverman



"Arranqué razonando lo siguiente: Me da asco que la gente sea tan materialista ¿Saben? Ni siquiera lo entienden. Somos egos que respiran, que actúan como si no fuéramos una partícula de una partícula de polvo que se precipita por el espacio. No somos nada...E inmediatamente después, pensé: Quiero mi cara en un billete (acá estallan las risas del público). En serio, creo que me lo merezco. Quiero mi cara en los billetes, punto"
Sarah Silverman

Partículas dentro de partículas, personalidades dentro de personalidades...hoy es jueves y no me acuerdo de quién carajos soy. O por ahí no quiero. A  lo mejor, tal vez, no tenga ganas. Pero de algo estoy bien seguro, hay que cuidarse de lo que dicen en el Tweeter, ¿verdad? Hay gente que hasta compara un posteo con disparar un arma de fuego. Es más, hay quien extraña escuchar los disparos de verdad y oler los restos de pólvora quemada que se suspenden en el aire. Perdón, esto no es una nota convencional. Tampoco estoy pasando en limpio los chistes de una comediante, para nada. Sería como que estoy metido - con el lenguaje, obvio - en esa situación, la de pararme en un escenario, con un micrófono en la mano, para decir escribiendo que "Si vas a ser leyenda, tenés que sufrir de verdad". Por supuesto, acá tampoco hay plan B. Uno, (casi)todos los días de la vida, apunta a realizar actos sublimes, se traza objetivos que descansan en el Olimpo de las Ideas, ese extraño universo de Platón, ese del que supuestamente venimos pero al que nunca volvemos. Más pronto que tarde, caemos en la materialidad, que tiene fallas por todos lados, y tenemos mucha vergüenza de protestar. Perdón, pero este servicio no me está funcionando, la depilación definitiva fue un fiasco, duele como si me clavaran mil agujas hirviendo en la piel más frágil, y me siento como un niño de diez años o un delfín. Y miren, es obvio que nada bueno va salir de todo esto. Algunos hablan de la "nueva normalidad", y acá les tengo una de esas normalidades que, a lo mejor, van a cambiar, pero que tampoco interesaban tanto: "Las ardillas no pueden encontrar el 80% de las bellotas - o nueces, en criollo - que esconden". Claro, hay cosas que mejor ni saber que existían así, porque un día te levantás y descubrís que nada es perfecto. O que es mucho mejor tomarlas y volverlas un racimo de chistes malos, pero que encadenados tienen más sentido que la realidad. Y en eso es en donde Sarah Silverman me ayuda. Su chiste es deconstruir el chiste. Su mejor chiste es exponer el mecanismo por el cual el simple comentario se transforma en arma de destrucción humorística. Y verán que es un discurso que posee varias capas, y que sirve en varios niveles al mismo tiempo. Y que no todo es como lo esperábamos...¡mejor!: nada es como lo esperamos. ¡Y eso está jodidamente bien!
Entonces, llegamos a la parte fundamental de esta nota/reflexión absurda. Los dejo en compañía de Sarah que dice así:
"Mi perrita es mi todo. Es joven y está llena de vida. Y está obsesionada con las ardillas, y como que hizo que me interesaran también. Y es tan mimosa, y jugamos juntas, y nos acurrucamos en la noche y...Dejaré eso en suspenso un momento y volveré atrás para decir que lo de las ardillas, en comedia, lo llamaría un chiste de pasada"
El concepto, en su idioma original, es throwaway joke. Se trata de un chiste secundario. Pero lo verdaderamente gracioso del fragmento de Sarah es, justamente, que ella expone lo que utiliza para hacer funcionar un chiste. Entonces, se trata de una suerte de relato de una operación encubierta. Continúa:
"Sabía que los haría reír cuando dijera: `Está obsesionada con las ardillas, y como que hizo que me interesaran también´. Pero seguí adelante con el chiste principal, que era el de la perra. Eso es un chiste de pasada. Hace más genial todo el fragmento. Ahora lo arruiné, porque volví atrás y me puse a hablar de él"
Y ahí está el quid de la cuestión. Luego de esa aclaración el público estalla en carcajadas, ya no por el chiste principal que incluye a la perra y un paralelismo con Jesús muerto sin gloria. Tampoco es el chiste de pasada lo que causa la mayor gracia, el de esos animalitos súper ansiosos y cocainómanos que esconden cosas que nadie quiere, y que encima después no encuentran. Lo que sí causa el estallido humorístico es la explicación, la puesta al descubierto del mecanismo. Se trata de un procedimiento del lenguaje, algo que el lenguaje ofrece y que demuestra que no es para nada transparente, y que tiene tantas capas como uno se atreva a experimentar. El lenguaje - y con él, la vida - es un espacio para el experimento.
¿Qué pasa con el chiste de pasada? Es común sentirse abatido en momentos como el que estamos viviendo en el barrio Rivadavia, en Mar del Plata, Argentina y el mundo. Pero tampoco es cuestión de andar abandonando nuestro ánimo al libre albedrío ideológico, que se disputa en los espacios informáticos. ¿Espacios informáticos? ¿Estará bien utilizada esa expresión? Resulta que hoy al mediodía tenía que ir a buscar algo para comer y medio como que comerlo mientras caminaba, porque no se puede parar en ningún espacio público por cuestiones de cuarentena, ¿no? Bien, estaba en eso, cuando me acordé que tenía que comprar cigarrillos...esperen, yo no soy de fumar tabaco, menos industrial, pero resulta que compré un atado de veinte de Lucky Strike - golpe de suerte para los pulmones -. No eran para mí, sino que eran para un amigo que vive en la playa, y que como cuida coches no la está pasando nada bien. Entonces le llevé los cigarrillos. Aclaro que el día estaba demasiado lindo y que no andaba nadie por la costa, en esa zona, a esa hora. Cuando lo llamo para lanzarle los puchos, un auto se detiene a mi lado. Creo que era un Ford Orion bordó, o tal vez un Ford Fiesta. Estoy (casi)seguro de que era un Ford, y de que era bordó. Como sea, dos tipos se bajaron y se dirigieron directo hacia mí, que me quedé sorprendido. Sin que pueda decir nada, uno de los dos me ladró: "Señor - lo odié, no me acostumbro a que me llamen así, metiéndome encima más años de los que quisiera tener - los documentos por favor" Me quedé medio paralizado, y el otro, casi inmediatamente disparó - obvio que no un arma, aunque ganas no le faltaron - "¿Qué hace circulando por acá?, usted sabe que no está permitido" Yo comencé a balbucear, como testigo falso, y saqué mi documento y empecé a dar explicaciones, que tenía el permiso laboral, que estaba saludando a un amigo para ver si le hacía falta algo, etcétera. A continuación, me devolvieron el documento y me pidieron que termine ese trámite y siga circulando. Al viejo lo llamé de lejos, lo saludé a la distancia y le tiré los puchos. "Gracias, te debo una flaco" Fue la respuesta y me volví al departamento. Después, me quedé pensando que nunca pedí identificación a esa gente, que asumí que laburaban para la Federal, bigoteando a todo aquel que avistaran por la costa en actitud "sospechosa". Pero ese no era el tema principal, el tema era mi almuerzo a la pasada, la hamburguesa con papas más incómoda que devoré en mi vida.
¿Entonces, cuál es la anécdota de pasada y cuál la principal? ¿Qué quiso decir el que escribió? ¿Fue una crítica a la Federal? ¿Fue una queja contra la extensión de la cuarentena? ¿Fue la expresión de apoyo a las medidas de prevención?
No....No....No.... y tampoco. Lo importante es ese juego de aliteración, que obsesionó en su show de stand Up a Sarah Silverman: Horror stories (jorrorristorris). Esas consonantes rasposas que encierran a las abiertas óes, que son una gracia pura, en sí mismas. "No todo lo que digo y escribo tiene que tener el sentido que vos querés que tenga". Acá estoy, para romper los sentidos, para invitarte a experimentar un poco, en medio de cualquier cosa que sea que estés pasando, en medio del pensamiento que sea que estés teniendo. A veces, te lo prometo, el lenguaje te tira la soga que necesitabas, pero que no estabas esperando.

*La recomendación de la semana: Sarah Silverman: A speack of dust, disponible en Netflix y canales alternativos - que son más piolas -.
*****Bonus track: porque merecemos tener las buenas ideas todas a mano, para poder seguir reflexionando, insistimos con la serie de propuestas que pueden salvar a la humanidad, por Sarah Silverman:

**********************Con la humildad de siempre, su coterráneo, Juan Scardanelli***************************************Cualquier gran idea para idear nuevas y gloriosas ideas, comunicarse al: juanmanuelpenino@yahoo.com.ar************************Atendemos los sábados también, y los domingos, y cualquier otro día dedicado a los dioses***********************************

**(Publicado originalmente el 28/05/2020)

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