Volvía a Francis Scott Fitzgerald porque había escuchado algo en la radio, una escritora que hablaba de sus novelas y sus relatos, y de esas relaciones complicadas con esposa en problemas Zelda y amigo jodido/estatua literaria Hemingway. ¿Y qué tenía que ver eso con su vida, tan lejos de la París de principios de siglo XX, cien años más tarde en la esquina de siempre del barrio Rivadavia? A ellos los llamaron la generación perdida, con sus personajes angustiados por una existencia que veía imposible y poco viable el sueño americano, porque parecía que las guerras mundiales eran posibles, y que la bolsa de Wall Street se podía equivocar, como un equilibrista muy seguro de sí pero que a veces se olvidaba de colgar bien la soga del otro lado. Entonces, en esa comparación desfasada y exagerada, él se sentía un poco Fitzgerald, abrumado por fantasmas y agarrado siempre a una botella de cerveza. En el caso del yanqui, serían otro tipo de bebidas, en otro tipo de fiestas. A él le tocaba Franc
Este es un espacio de micro escritura. No hay mucho más que símbolos a los que se les puede dar varios sentidos, lo que genera una experiencia fuera del Tiempo: La lectura. Reflexiones berretas, trozos de ficción, ensayos bonsai , trampas de lectura y escenas robadas, realizados por quien dice yo / él / ella: Juan Mnp ¿? escribiente nacido en los ochenta. Tomate unos minutos y sumergite en alguno de estos textos. Contacto juanmamnuelpenino@yahoo.com.ar