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Mostrando las entradas de octubre, 2020

El azar puede ser devastador

  En contraste con la piecita de la entrada, en el salón de estar reinaba un desorden que, para ser preciso, tendría que calificar de encarnizado. El azar puede ser devastador, pero nunca es metódico ni meticuloso. Y aunque es verdad que, desde cierto punto de vista, todo lo que se refiere a los actos humanos es locura, sería prudente reservar esa palabra para designar algo específico y que es, no extraño a la razón, sino el resultado de una razón propia que ordena el mundo según un sistema de significaciones sin fisuras, y por eso mismo impenetrable desde el exterior. Juan José Saer, La pesquisa ¿Qué hace ese patrullero ahí, entre esos tranzas, pidiendo qué cantidad de guita que no les hace falta? ¿Y esos pibes que de tanta impotencia tienen bronca contra todo, y lo cagan insultando al almacenero ese, que tiene un par de cicatrices porque alguna vez se plantó, y bueno, con algo hay que pagar en esta historia, que vaya a saber por qué carajos tiene las cosas acomodadas como yo las

Sobre la identidad

   *dedicado a mi primo, Javier Penino Viñas, quien recuperó su identidad en el año 1999.   Conjuntos de rasgos de diversa índole que caracterizan a una persona, que es esa y no es otra que quisieron robar, ocultar, desaparecer;   Y yo creo que era un sábado, uno de esos sábados de mitad de estación, había un sol intenso, de eso estoy seguro; también de que toda la familia estaba expectante, entusiasmada, con mucho nervio moviendo las sensaciones, planeando cosas, imaginando reacciones, dejando al azar un poquito de eso que se dice espontaneidad. Y yo creo que estaba en mi habitación, eran los primeros años de adolescencia y estaría viendo tele o jugando al family, porque ese día había que estar ahí, entonces yo cumplía el mandato, no teníamos que sumar nervios extra.   Igualdad que se verifica siempre, cualquiera que sea el valor de las variables que contiene   Y yo creo, seguro, que estaba triste porque en la escuela me habían jodido

No los voy a defraudar

  De frases célebres estamos hechos, además de falsas promesas y vínculos complicados. Por eso la necesidad de poner algo de eso en un título, esperando generar algún recuerdo, alguna reacción química. Reacción muy diferente a la de simplemente leer algo, ver pasar las palabras como si no tuviesen más que un solo carril. Pero claro, resulta que estos signos tan extraños están cargados de sentido, que pueden variar infinitamente de persona a persona. Y así se construye uno la realidad, totalmente atravesada por emociones, sensaciones, ideologías y películas clase B, que alguna vez generaron frases y movimientos esclarecedores. Hoy tal vez no sea así. Porque de tanto ver estos signos replicados en diferentes formatos, que duran lo que un estornudo, bueno, no deben tener la misma capacidad de influir en el tiempo. Ahora, las frases se multiplican, y de tanto retweet, repost y etcéteras, se agotan antes de quedar en el inconciente colectivo. Por eso también hay tantas dando vuelta, por e

El inconsciente fluir de los días de siempre

  Tomaba las esquinas, pero de forma muy distinta a la de ayer. Escogía los momentos en los que exponer todo su ser, porque no le quedaba mucho. A lo mejor, estaba casi seguro de que no necesitaba más que dos frases y una esquina para resumir el Universo. Todo eso conformaba una suerte de desgano que se traducía en el andar de babosa, arrastrando los pies, deslizando las piernas como si pesaran más que aquel penoso día. No extrañaba demasiado el ejercicio de sentarse a tomar un café o una cerveza, en uno de esos lugares que ahora sólo abrían para sufrimiento de sus dueños, acorralados por las deudas y la falta de horizonte. La historia se repetía, pero con más crueldad. La suya también, porque estaba por ahí, caminando el barrio Rivadavia con la billetera en rojo y la cabeza confundida. Salidas, siempre muchas, y las mismas. Los procesos había que padecerlos y aguantarlos, toda la Historia de la Humanidad había sido así, no iba a cambiar aquel día. Claro que la noche era más agradable,

Días montuosos

  Hay días montuosos, difíciles, y tardamos mucho en trepar por ellos; y hay otros cuesta abajo, por donde podemos bajar a toda marcha, cantando. Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, Por el camino de Swann .   Transitando por un día de esos, de los que cuesta un poco terminar de transcurrir. Para empezar, alguna especie de mecanismo de la estupidez me quiere convencer de que la juventud argentina se tira de cabeza en lagos inhóspitos, para morir ahogada en escenarios perdidos, sólo porque intentaban escapar de la ayuda de algún uniformado, víctima de la mala interpretación. ¿Será que me huelen a distancia? Sí, no soy muy listo. No soy nada listo. Mejor, no estoy listo para tanta crueldad. No quiero ser un listo defensor de los crímenes de la policía, menos de la gendarmería. Tampoco pienso formar parte de ese reparto discriminatorio de penas, porque resulta que les que sufren son siempre les mismes. ¿Vieron? No soy tan astuto como para ampararme en el Instagram de la Real