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Mostrando las entradas de enero, 2022

Fantasmas

  Esos cambios repentinos, esa soledad solapada, ese reinventarse todos los días con los mismos materiales que estaban desde ayer. ¡Y cómo cambia el tiempo de una semana para otra!, entonces alguien me pregunta: ¿tendríamos que cambiar asÍ de repente, también, nosotros?. Yo ni idea qué contestar, me limito solamente a escuchar hace un tiempo, sentado en la vereda de las calles de siempre, Castelli y Francia, a tomar la cerveza de siempre. Después de un rato, y para mi sorpresa, cambio de parecer repentinamente y contesto decidido: por ahí está bueno pensarlo así, cambiar como cambia el tiempo cada dos minutos, pero hay que tener en cuenta que eso puede ser algo desquiciante. Digo, tanto cambio repentino es malo para el cuerpo, y no vaya a ser cosa con todos los virus que andan dando vuelta...Algo así me salió y me quedé pensando en todas esas veces que podría haber cambiado totalmente y no quise, o no pude. ¿Será temor? Seguramente, eso y los fantasmas que alguna vez se pegaron a uno y

Despertar

Se levantó de la cama con el pelo revuelto, revolucionado. Tal vez algo le habría hecho una suerte de click, quien sabe, era demasiado temprano como para ponerse a reflexionar. Obvio, se había despertado media hora antes de lo que decía la alarma del celular, que esperaba por salir a escena. Sabía bien que ya no se iba a poder dormir otra vez, y menos con tan poco tiempo disponible. Miró al lado, otra vez había dejado un espacio al pedo en la cama, ya había pasado tiempo desde que alguien durmiera allí, al lado suyo. Se fue hasta el baño y se miró al espejo. No era su mejor hora, la mañana temprano, no era su mejor momento del año el verano, y tampoco era el instante ideal de su vida. El mundo estaba cambiando y como pasa siempre, casi no parecía que para mejor. Igual ya había salido de la melancolía extrema, esa que cierra el estómago y que hace doler el pecho, como una especie de infarto pero peor, porque nunca llega el momento de la pérdida de consciencia. Un dolor constante, que pr

Ya habíamos hablado de eso

“Setenta. Un simple número, pero que indica que se ha consumido un porcentaje significativo de los granos asignados en un reloj de arena, solo que aquí lo que se agota es uno mismo. Los granos van cayendo y me encuentro con que hecho de menos a los muertos más que de costumbre. Me doy cuenta de que lloro más cuando veo la televisión, motivada por una historia de amor, o por un detective a punto de jubilarse al que disparan por la espalda mientras contempla el mar, o por un padre que levanta a su recién nacido de la cuna. Me doy cuenta de que mis propias lágrimas me abrasan los ojos, de que ya no soy una corredora veloz y de que mi sensación del tiempo parece acelerarse por momentos” (Patti Smith, El año del mono)   Voy a tratar de poner en palabras algunas obsesiones, para que de una vez por todas se quemen en el tiempo. O por lo menos vayan reduciendo su velocidad, así las puedo ir asimilando y el calor tan intenso se me vuelva más soportable. Por supuesto que en los momentos dond

Versos antisépticos sin dueño

  Según el escritor peruano Juan Espejo Asturrizaga, que formara parte del Grupo Norte de Trujillo, su gran amigo - y mejor poeta - César Vallejo, intentó suicidarse en el mes de diciembre de 1917. Por entonces era una joven promesa de las letras peruanas, pero todavía no había publicado sus más memorables versos en Los heraldos negros y Trilce , sobre todo Trilce . Cuenta Juan Espejo, entonces, que uno de esos días de diciembre, previos a las fiestas, temporada de balances y racontos sin sentido, el joven César se embriagó de tal manera, que le dio la valentía / inconsciencia suficiente como para tomar un revólver, que tenía solo una bala cargada en el tambor. Al arma la utilizó para rastrillar su cien, como provocando al destino, invitándolo a celebrar el fin del año, el fin de su mundo, el fin de los versos que no existirían. Y acá interviene el jardín de los senderos que se bifurcan, una vez más… 1) en el presente que nos convoca, una vez más como todas las semanas, quien dice y