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Mostrando las entradas de mayo, 2022

La última hora

Estaba seguro, ahí debía terminar su historia. Un punto final que no promete secuelas con agregados innecesarios, y mucho menos precuelas que contasen pasados que mejor  ni haber transitado. Era uno de esos finales de verdad, de los que no dejan más hojas del otro lado. Y no era cualquier final, era el suyo y el de nadie más. Protagonista absoluto de su última hora y minuto y segundo y final. Ese personaje que tanto le había costado desarrollar, uno del que se había enamorado a destiempo. Sí claro, era tarde para volver el segundero atrás, porque lejos era demasiado tiempo. Se amaba ahora, cuando no quedaba casi nada de presente, cuando el agua nieve le penetraba la última capa resistente del cuerpo. El fin se avecinaba una noche, daba igual que fuese de frío polar, de calor sofocante o de primavera a medio camino. Esa era su noche final, y era el momento en el que se entendía por primera y última vez. Lástima, se hubiese ahorrado miles de pesos en analistas, pastillas y entrenadores e

Respirar

“Si voy a ahogarme…si he de morir ahogado…si me ahogo...” (Stephen Crane: El bote abierto )   Nada especial, algo siempre suele fallar. La gente falla, las cosas fallan, el destino falla. Un desperfecto en cualquier momento y un giro terráqueo que vuelve sus fauces sobre alguien. De tantos y tantas solo uno se perdería el mañana en aquel naufragio. Lo ideal hubiese sido no estar allí. Pero lo ideal nunca termina de suceder por completo. Somos eso, un ideal que choca contra las rocas de la realidad, y que deja de serlo. Pero nos damos cuenta cuando ya es tarde, la única manera que tenemos de entender lo que nos rodea. Todo es comprensible cuando ya no importa, cuando ya no está. Lo lindo que es poder respirar. Seguramente no hay nada mejor que poder salir a la superficie, levantar la mirada al cielo, reconocer las nubes y tomar impulso para meter todo el aire posible para hinchar los pulmones, y que queden al borde de reventar. Unas malas olas, violentas olas que te juegan en contra

Escritura

Escritura 1 Agoté mis ideas en la cama, no me quedaron fuerzas para jugarme la vida en la escritura   ¿Qué otra cosa me puede salir salvo malas imitaciones fragmentadas que, una vez reunidas, se asemejan a ese chiste, el del remate tan obvio que ya se olvidó   Esa escritura tiene una sola virtud: no ser escritura del yo, pero es un odioso gesto de soberbia, ese rastro que muerde los versos   Que pide a los gritos: D e s a p a r e c e r, no habría que tomarse la molestia, mejor no pasar un mal rato, tampoco hacía falta.     Escritura 2 No importa esto que se escribe, va a desaparecer mañana con el primer mate, cabalgando a bordo de algún plagio que de tan malo será irreconocible ¡Vanguardia por siempre! Un gesto de escritor apenas reformista, que retoma las historias a la hora de los mandados y que prefiere jugarse la vida los domingos en alguna rompiente, y que todo el resto sea despilfarro sexual, cigarril

Literatura y algo más

  Pupé le preguntó si estaba escribiendo alguna cosa y Tomatis sacudió la cabeza varias veces, entrecerrando los ojos y dijo: “Sí. Alguna cosa estoy escribiendo”. Pupé le preguntó qué era. “No sé bien todavía”, dijo Tomatis. “No llevo escritas más que trescientas páginas”. “Pero es una novela ¿o qué?”, dijo Pupé. “Hay un solo género literario”, dijo Tomatis. “No hay más que un solo género literario, y ese género es la novela. Hicieron falta muchos años para descubrirlo. Hay tres cosas que tienen realidad en la literatura: la conciencia, el lenguaje, y la forma. La literatura da forma, a través del lenguaje, a momentos particulares de la conciencia. Y eso es todo. La única forma posible es la narración, porque la sustancia de la conciencia es el tiempo” ( Cicatrices , Juan José Saer)   Una tarde más de otoño en el barrio Rivadavia. Mientras el sol termina por despedirse de todos los patios desordenados, de todos los largos pasillo que conducen a la nada misma, llegar a ese cruce div

S.C.

¿Cómo puedo imaginar que mis rechazos son como los que recibiera Stephen Crane contado por Auster? ¿Cómo las mismas palabras de adolescentes estúpidos? ¿Qué es eso de “Te adoro”? ¿O qué “Prefiero este sufrimiento a no haberte conocido”? Dos gotas de idiotez muy similares ::hambre:: ::orgullo autoflagelante:: En eso nos reconocemos siempre: las ganas de humillarnos para vivir llorando de angustia, que es la mejor manera de inventar versos que tengan la chance de llegar a otras gotas igual o peor de idiotas, y que ahora lo compartan en alguna otra cosa, mientras el olvidado más recordado de Crane, sale de caza en busca de una gloriosa y temprana muerte, causada por problemas de corazón, falta de atención emocional en primera persona. Demasiado desapego como para detectar que la hiperbolización del patetismo es la razón número uno de muertes en el mundo, un golpe falopero a caballo de Neruda: “A nadie te p