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Mostrando las entradas de septiembre, 2023

El vanidoso objeto de deseo...

 "Tómatelo con calma, pero con interés" (Thomas Pynchon, V )               El vanidoso objeto de deseo, inorgánico, inmutable, un relleno de las propias pasiones, frustraciones, falsamente dorado, haciendo frente al mundo,  uno muy de mierda, uno desprestigiado, sin capacidad de razón, otorgador de odiseas berretas, repleto de malos lectores, dador divino de tesoros que nadie quisiera. El vanidoso objeto de deseo, vacío de alegrías, repleto de estereotipos, un esquema de poder sobre su lomo brillante, un mapa traductor de malas intenciones, de un estatus quo, inmovilidad  de lo que no es, grito congelado de amor, viaje sagrado sin santidad, único estilo de vida que mata o muere pero que no puede vivir ni morir, una adivinanza siempre igual, sin desenlace, significados encadenados, ausencia de libertad o independencia mal entendida, falsa moneda de cambio devaluadamente valorada, capacidad de transgresión que no cambia nada, gatopardo vanidoso objeto de deseo, con débil y abur

Mientras escucho música

   ¡Qué placer si yo fuese como un viajero / que a tus playas desciende sin otro fin / que el de gustar con ánimo placentero / de tu tranquilo encanto de gran jardín.      (Emilio Frugoni, Poemas montevideanos ) En algún momento de la infancia, ese tiempo que parece haber existido en un sueño y que no termina nunca de reconfigurarse, recuerdo haber tenido el siguiente descubrimiento: en el mundo existen cosas que huelen muy bien, pero que tienen un sabor horrible. Seguramente, la revelación me vino el día que cometí el tremendo error de llevarme a la boca un poco del shampoo de fresas que teníamos en casa, y que era el que usábamos todos los habitantes. Qué rico que olía eso, pero qué terrible saborearlo con la lengua. Doble lección aprendida, porque mientras lloraba por el mal gusto que no se me iba de la boca, mis padres me retaban y amenazaban con que la próxima vez que hiciera lo mismo…como si hubiese hecho falta. Ok, después pasaron los días, hasta que es hoy, tengo casi cuarenta

Sobre el golpe en Chile

“Y después se desata la tormenta de mierda” ( Nocturno de Chile , Roberto Bolaño)   Tenía varios temas pensados para escribir esta semana. En primer lugar, iba a comentar un poco de lo que fue el genial recital de Buenos Vampiros del sábado, y de cómo sentí que estaba en el set de filmación de la serie Buffy la cazavampiros, y de cómo la música – afortunadamente – me sirve para conectar con una generación que me queda cada día más lejos, para mi desgracia. Pero también estaba el descubrimiento de un libro muy viejo, para ser más preciso, se trata de un manual de rimas de la década del cuarenta, y que es la nueva joya de mi muy heteróclita biblioteca. Sí, ya lo sé, a veces la felicidad tiene formas impensadas, y eso está jodidamente copado. Perdón por la confesión, sigo, porque había otro tema que me disparó un encuentro con una amiga que recién conozco, y que parece ser bastante fan de las trivias y preguntas extrañas, entre las que me sorprendió la número dos: ¿tenés enfermedades

La Historia, escritura, lectura y relecturas

Existen esos momentos en los que fuimos muy felices, pero sin sospecharlo. O que por ahí no fuimos tan felices, pero en una relectura tiempo después, pues sí. La escritura posterior transformó ese momento en el más feliz. Y después, en otros futuros más lejanos, la lectura y relecturas volvieron a cambiar la percepción de ese instante, hasta que fue quedando cada vez más lejos de la realidad y mucho más cerca de la ficción. Llegados a ese lugar, ni los personajes importan y tampoco las circunstancias, mucho menos el argumento. Lo que queda, en definitiva, es la forma. Y hasta ese lugar llega la literatura. Un camino a recorrer en cada una de sus paradas. Pero cada tanto pasa algo de eso, la primera estación, un momento en el que se piensa que rara vez se va a disfrutar de algo como se lo está haciendo en ese preciso instante. La cagada más grande es cuando se cae en la cuenta mucho tiempo después, por ejemplo, en la segunda parada del proceso de escritura, escribir un momento que puede