Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2024

Sobre los premios y las pasiones y lo que deberíamos intentar

"¿Qué quiere decir el nombre? Una garantía para eso que todavía se llama mañana, ese monstruo con la cara tapada que se niega a dejarse ver y dominar" (Los premios, Julio Cortázar) Tenemos pasiones que con el paso del tiempo vamos a ir olvidando. Pero este experimento que llamamos vida, solo admite un sujeto por vez: yo. Así que debería cambiar de opinión, rápido. Digo, entonces, como único sujeto experimental que puedo llegar a utilizar para el pensamiento: por efecto del tiempo voy olvidando mis pasiones. Por ejemplo, las novelas de Cortázar. Antes las citaba hasta para ir al baño, ahora prácticamente se me olvidaron todas, a excepción tal vez de Los premios, ese viaje en un crucero de cuarta, que más que un premio era un castigo. Algo así se siente en este momento de la vida. Estoy como en un crucero encayado en un mar barroso, como las costas de Tijucas, en Santa Catarina. Un lugar como de frontera, de baja expectativa, de personajes todavía por ser delineados o transform

¿Por qué escribir?

Hagamos de cuenta que comienza una nueva etapa, con un nuevo año y que estamos lejos del lugar de siempre, la esquina de Francia y Garay, barrio Rivadavia. Estamos en una playa calurosa y paradisíaca, en un día perfecto. El agua del mar es tranquila y su temperatura ideal, cálida pero no sofocante. La escasa arena no termina de estar hervida, permite tirarse a tomar algo de sol. Eso sí, el astro rey despliega sus rayos que son impiadosos, es verano. Afortunadamente, este lugar idílico también regala una sombra natural, que viene de un árbol cuyo fruto es una suerte de nuez incomible. Digamos que este árbol está destinado a dar sombra, a mí, al resto de la gente, y a todas las especies que necesiten un descanso de tanto calor. Entonces me desparramo contra el árbol, con una cerveza fría en la mano, y me dispongo a bajar la temperatura del cuerpo, para poder seguir recorriendo el lugar. Y pasa lo que tiene que pasar. La vida y sus cosas, que siempre están ahí para dar su estocada, para m

Aguafuertes brasileras

  HERÁCLITO EN CAMBORIÚ ¿Cómo era eso de que en los mismos ríos nos bañamos con el agua que cambia para otros tiempos mejores, pero cuando volvemos ya no somos los mismos, y lo más importante: el agua tampoco? Unos cientos de metros a nado hasta sentir que ciertas cosas quedaron atrás, ansiedad de año nuevo, aunque otras cosas quedaron por delante y varias que nadan conmigo, sobre mis hombros sentir el peso y que no se vaya, pero después de ese tiempo -siempre necesario- el alivio de una certeza: puedo cargar con eso, con plantas y bichos de un lugar en su verdadero lenguaje en extinción, puedo contar con días  de sospechosa autoayuda en estantes de todo por 10 Reales, al lado de una vela aromatizante sabor maracuyá y de un licor espeso  que dice un gusto extraño tipo guaiabada o guaiabeira, y que se toma mucho acá para aliviar las penas, las mismas de siempre, una noche de reveillon antes del reviente y los grandes proyectos, como fuegos artificiales del pasado mañana, el mapping de u