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Mostrando las entradas de septiembre, 2022

Navegar en manos mágicas

-¡Tom! / Nadie respondía/ ¡Tom!/ La llamada quedó sin respuesta/ ¡Tom! Qué le sucederá a este chico/ Y el silencio continuaba (así comienzan Las aventuras de Tom Sawyer , del inmortal navegador de ríos  de tinta, Mark Twain) Dedicarse el resto de la vida a ser navegante en río, igual que Mark Twain. Dedicarse a escribir historias de personas extrañísimas, como si fuera una barca en medio del río, igual que Mark Twain. Salir en busca de una última aventura, a mitad de camino, en el medio de la vida, igual que Mark Twain. Todo eso quería, o nada más que eso quería, o nada menos que eso quería. El yo que dice Yo, parado en mitad del cruce de las calles de siempre, Francia y Garay, en horario en el que no pasa ningún auto por ahí, porque quién te dice y a lo mejor es el final del capítulo de una historia que todavía falta ser escrita. Porque muchas veces se empezaba por el final, con ese rapto de ansiedad que solamente produce el hecho de levantarse cualquier mañana, en cualquier punto de

Todo de nada

La verdad de todo lo que estaba a punto de plantearse radicaba en esa idea de aquella novela de Kurt Vonnegut, que la pone en boca de uno de sus delirados personajes: tiene que haber de todo en este mundo. Y sabía muy bien que algunas cosas – varias, en realidad, casi todas – podría ser mejor que no estuvieran. Pero siguiendo el razonamiento que sugería ese personaje en esa novela, claro que la falta de algún ingrediente podía llegar a desequilibrar toda la preparación. Scardanelli se conformó con esa explicación, mientras el Yo que dice yo le pasaba la botella casi vacía de cerveza. El filósofo berreta siguió con su argumentación, ahora en voz alta, y dejó dos preguntas picando en el palito que indicaba el cruce de las calles, Francia y Garay: 1) ¿Existe de todo? 2) ¿No sería mejor que no existiera nada, por las dudas de cagarla? La China lo miró, desde el cordón, y le quiso seguir el juego, lo invitó a reflexionar sobre aquel instante que compartían, y le devolvió la pregunta:

En la cocina de Godard

Fin. Se daba cuenta que su vida se había convertido en un largo obituario, con nombres de personas y cosas que ya no estaban ahí. Y lo demás seguía adelante como si no importara nada, entonces él sentía que esa distancia – cada vez más larga – le indicaba lo obvio. Pero lo obvio no debería ser escrito nunca, porque de alguna manera ya está expuesto, ya está ocupando su lugar, así que podía ser que mientras él estuviese en pie, todos esos nombres y cosas que ya no estaban, etcétera. Lo obvio con obviedad se paga. Tomó dos tragos de cerveza, bastante largos. Todavía hacía frío en esa esquina de siempre, Garay y Francia, donde por suerte no había ningún balcón a medio caer, a medio hacer. Y pensó en esas cosas que empiezan a realizarse con tanto entusiasmo, y que después son abandonadas llegando a la mitad, para luego dejarlas ahí y que el tiempo se encargue y ojalá que no pase nadie cerca porque se viene abajo todo y ¿quién se va a hacer cargo? El Yo que dice yo no estaba en su mejor d

La China

" Me subo a la moto y atravieso las calles en donde gente más extraña que tú y que yo se prepara para pasar un sábado divertido, un sábado a la altura de sus expectativas, es decir un sábado triste y que no llegará jamás a encarnarse en lo que fue soñado, planeado con minuciosidad, un sábado como cualquier otro, es decir un sábado peleón y agradecido, bajito de estatura y amable, vicioso y triste" (Roberto Bolaño)   La China estaba sentada tomando la birra de todas las semanas, esta vez en formato latita porque le resultaba más cómodo, y pensaba en qué lindo sería que ese miércoles a la tarde fuera mejor un sábado a la noche. Y que así, a lo mejor y con viento a favor, estaría un poquito más feliz. Y no porque no trabajara al otro día, le tocaban hacer horas extra sin cobrarlas el doble, como pago de la injusticia de cualquier crisis. Pero sentirse en sábado era otra cosa, había como una ansiedad de fiesta inconclusa, y a ese sentimiento quería aferrarse para no volvers