Un cementerio de otro planeta

Hasta parece imposible llorar un día como hoy, porque por ahí las lágrimas se mezclen con el agua de lluvia, y todo siga más o menos con la misma indiferencia de ayer.

Historias.

Un hombre que vivía en avenida Luro al fondo, y que un día vio cómo una moto a gran velocidad, impactaba sobre el cuerpo de su hija adolescente. Y tuvo que salir de esa casa a juntar los pedazos de ese cuerpo destrozado, porque el golpe de la moto produjo que la joven se desestabilizara y saliera en dirección al colectivo que circulaba por la mano contraria de la misma avenida. Una casa y una avenida que hoy son la actualización del horror para ese padre que no aguantó más quedarse allí, y que decidió vivir en un Ford Taunus Cupé, que le sirve de casa y tumba en vida. Mientras sus lágrimas caen al suelo, sueña con la reparación por parte del poder judicial, una interpretación muy viciada de la justicia, viciada con los peores vicios: los del poder y el dinero. El de la moto se dio a la fuga, es un pibe bien.  ¿Vieja historia que se actualiza?

Historias.

Salir a caminar por la noche, a la vuelta del cine. Haber visto al fin una película nacional que sí rompe con los moldes prefabricados del gran negocio de la industria. Una película que no le tiene miedo a decir eso, miren bien, esto es una película. Arte. No una mera representación de la realidad como más o menos se imagina un público que es imaginado por los dueños de las plataformas en serie. A veces es necesario forzar las cosas y tirarse a la pileta a ver si algo cambia alguna vez. El resultado puede ser un verdadero desastre, o la mejor película del año. Quién sabe. Por las dudas, siempre, lo mejor es arriesgar. Finaliza la última escena con un nuevo nacimiento y un tema de Nino Bravo de fondo.  El público se retira del cine callado y sin aplaudir. Las grandes obras son olímpicamente ignoradas, o algo así decía Nicanor Parra, ¿no?

Historias.

Una mañana de fin de mes con una lluvia torrencial, y escuchar los comentarios de lo que fue una balacera la noche anterior en el centro marplatense. Justo por donde había pasado a la vuelta del cine, unos minutos más tarde, un par de jóvenes resultaron baleados por alguien más, que vaya a saber. En pleno centro, mientras el intendente descansaba en el final de una semana en la que no trabajó, porque pidió licencia. Y los comentarios que crecen con intensidad, “y que dónde están los patrulleros”, “y que el centro a la noche es tierra de nadie”, “y que con la pobreza aumentando la gente en situación de calle es cada vez más”, “y que qué va a ser de esta ciudad condenada al acto fallido constante, ciudad condenada a copiar malas ideas de otras ciudades, ciudad cuyo adn fue rifado en alguna Navidad, ciudad que solo sabe dibujar lobos marinos, pulóveres, alfajores y caricaturas de Dibu Martínez”.

Historias.

Me voy poniendo viejo y será por eso que me ofrecieron una aplicación que te permite ver la televisión por cable gratis, más las series y películas de todas las plataformas que los especialistas del espectáculo dicen que debería tener, al menos para que a ellos les paguen algo a fin de mes. (*Aclaración: hubo un tiempo en que se pagaban los sueldos a principio de mes, luego la fecha de pago se fue atrasando hasta llegar a los últimos días de mes. En la actualidad, ya casi no existe eso de pagar por mes. Se paga cuando se puede, a veces eso tarda más de un mes, más de dos meses, y más tiempo también, hasta que el trabajador se rinde y se busca otra changa porque sabe que no va a cobrar jamás). Pero resulta que no tengo un par de cosas que son fundamentales para adquirir el servicio:

1) Plata. Estamos a 30 de septiembre y todavía no cobré julio. No me quejo, somos muchos los que estamos así. Hay situaciones peores, los que no cobran hace tres meses.

2) Mi televisor no es inteligente. Quedó obsoleto para cualquier tipo de tecnología más allá del lector de DVD. Increíble pero cierto. No todo el mundo tiene un televisor “inteligente” en el living de su monoambiente. Ojo, entiendo perfectamente el cambio tecnológico y prometo tirar a la mierda el viejo televisor. Si alguien tiene ganas de coparse y mandarme uno nuevo, joya.

3) No hay nada en particular que quiera ver en la tele. Nunca vi a Susana Giménez, no me interesa el fútbol codificado, la fórmula 1 me parece una cosa insoportable, lo mismo me pasa con el tenis y la NBA. Los canales con panelistas me deprimen, no soporto los canales de cocineros, Disney está en todas partes y es como tener a la CIA en tu casa, los noticieros son la peor invención de la humanidad, los realitis son como obras de teatro filmadas (muy mal filmadas), los canales de música no pasan música, los canales de otros países son iguales pero en un idioma que no entiendo, los canales de películas no tienen sentido porque pasan películas que ya vi, los canales de arte los maneja gente que no tiene interés por el arte, entonces los programas son horribles de ver.

4) Hay tantas plataformas de series y películas que la elección se vuelve tortuosa. Afortunadamente  (o por desgracia) con ver una sola de esas series o una sola de esas películas, ya es más que suficiente. Un actor vale por el resto, una actriz vale por el resto, un argumento vale por el resto, etc. Es como si todos compartieran la fórmula de la Coca Cola, y a todos les diera paja producir algo diferente, porque ¿para qué? Funciona mejor una remake o la continuación de una zaga que alguna vez fue original.

Historias.

Todavía la humanidad no evolucionó. Las barras de los clubes de fútbol se siguen matando a tiros por un “trapo”, con la “cultura del aguante” al mango. Y hay que tener cuidado porque a lo mejor caés justo en el horario menos propicio, en el lugar equivocado.

Hoy desarrollo social atiende en varios quioscos de los barrios de la ciudad. En épocas de crisis, bueno…ya se sabe. ¿Y qué otra cosa esperabas? Llevar y traer cosas en cualquier vehículo, toda la noche, y esperar a que mañana salga el sol, sea un lindo amanecer y sigamos vivos una temporada más, en este cementerio que parece de otro planeta…  

*****************************humildemente, Juan Scardanelli**********otra vez, en vivo desde el barrio Rivadavia**********************

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El príncipe de Persia

Saltar, pasar en zigzag. Supongamos que un príncipe Persa cierra los ojos mientras le cae una bomba en el medio de la cabeza, y todo estalla...