Día de viento

 


Hoy es uno de esos días en los que el viento golpea fuerte las ventanas,

donde las noticias son guerra y hambre y crueldad actualizadas, sin cambio de motivo,

a lo mejor sí son distintos el año y algún formato digital, que presenta una dinámica surrealista debidamente adaptada para su consumo masivo: irónico o dramático, como lo requiera la situación afectiva del momento;

día donde también me gustaría encontrarte ahí en el barro, analógicamente, construyendo ese futuro que vamos a habitar, al menos un cachito más,


y me imagino tu sonrisa... Sí, ya sé, fueron más largos e intensos esos otros días, los del viento fuerte y miradas perdidas, y clonazepam y whisky y lo que sea que encontrábamos para apagarnos un rato,

porque el viento jode mucho,

no se deja consumir en paz,

cambiar su forma es imposible para nosotros,

organismos debidamente contaminados,

sin efecto,

sustancias fuera de tiempo,

con vencimiento explícito;


por eso salgo a caminar para perderme un rato,

tal vez me tire en el parque: es gratis ,

y a lo mejor vaya al cine si me alcanza la guita,

y ya todo me suena a nostalgia de tango,

a últimas horas de Luca Prodan,

a todos esos pogos que habitamos

y hoy ya no están,

no estamos,

un manto sagrado que jamás pensé nombrar,

el rapsoda que recita versos que hoy son necesarios para mí,

y que antes nos sonaban tan fuera de vanguardia;


pero hoy el viento está muy fuerte

y ojalá que estés bien,

que te cuides,

que cierres bien las ventanas cuando te vayas,

tal vez,

una última noche 

a vaya a saber qué universo 

que ya no puedo imaginar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tengo un baile de marineros en mi cabeza

Eso sería el título o a lo mejor una cita de comienzo, o tal vez el epílogo, o un verso que me quedó haciendo ruido, desde una lectura de ha...