Despedida en pendiente

Creo que estabas sentada en el suelo

y que tomábamos la última birra del mundo,

y que me hablabas de las cosas que te jodían:

primero, la cana y esa manía de andar matando

pibes del barrio por portación de cara,

y segundo de lo molestos que eran

esos versos de mierda que escribía yo,

empezar y seguir conectando eternamente

ideas y sentimientos totalmente innecesarios,

y me decías que entendías perfectamente

eso de que es fundamental expresarse

y demostrarle a los demás cosas

que en verdad servían para

satisfacer las necesidades

de su propio creador,

y que el mundo sería mucho mejor

sin esos versos y ese excesivo uso de conectores…

Y nos reíamos

y seguíamos tomando

de la botella,

sentados en el piso

de un depósito por Champagnat

que hoy está abandonado,

pero que no es muy distinto

a lo que fue en aquel día,

y pienso que nosotros

debemos estar más o menos igual,

un poco abandonados

pero capaces de seguir cumpliendo la misma función,

y que mis versos entrelazados

que tanto te molestaban

también contienen la misma forma,

como depósitos abandonados

de encuentros por venir.

 

Epílogo...

Te ibas y sonaba ese tema de Norah Jones,

dos cosas que pudieron haber pasado a destiempo,

pero que el recuerdo acomodó en un solo movimiento,

y es verdad que hacía frío

y no había laburo en la ciudad,

y que el progresismo invernaba culposo

esperando por volver en primavera,

y que nosotros ya no éramos jóvenes

- tampoco viejos –

Dijiste que éramos como un limbo marplatense,

y que estábamos en punto muerto

de bajada en una pendiente,

/ a partir de acá

el tiempo se acelera y se comprime,

la velocidad va en aumento

y el cinturón de seguridad no funciona,

y yo pienso ahora que el símil es una cagada,

pero que deseo que tengas el freno de mano

en condiciones,

y que a veces tengas un rato para mirar 

atrás,

donde estábamos

 

-          Y qué versos de mierda escribiste. Me dirías

y yo me cagaría de risa

tomando el último trago de birra,

sentado en cualquier piso

sin conectores y con el movimiento en cero,

solo por hoy.


*La música sugerida:



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El príncipe de Persia

Saltar, pasar en zigzag. Supongamos que un príncipe Persa cierra los ojos mientras le cae una bomba en el medio de la cabeza, y todo estalla...