La casa del olvido


El mundo se te da en fragmentos/ en astillas:

y algo así es la poesía,

juntar fragmentos,

pegar astillas,

despegar desde una

frase hirviendo

en el techo de chapa

de una casa

que es un aguantadero,

un ejército de noctámbulos

que nadie quisiera

para planear ningún futuro,

un agujero negro social

donde…

La realidad & el Deseo se revuelcan/ se destazan

se desparraman una sobre otro

..y forman un amasijo

que es con lo que se construyen

cada uno de los versos,

que en verdad son anotaciones

algo aleatorias,

que se desplazan sobre cuerpos

sudorosos y mal cuidados,

despreocupados de una vejez

que les es completamente ajena,

y que mejor ni mirar

cuando el gallo indica

que la hora estandarizada

llegó una vez más

para trazar sus largas curvas,

un espacio donde la tierra

nunca es firma,

porque nunca lo fue

ni lo será,

todo lo sólido es mentira,

ni siquiera se desvanece

-lo siento por eso

estimado Marshall-

y tampoco sirve

para indicar el camino

que sería la vía recta,

esa sobre la que tantos

agentes dicen volver

cada vez que disparan

sobre cualquier cuerpo inocente,

en cada barrio de la ciudad,

cada vez que el capricho

de unos acaudalados bigotudos

sacan a relucir su razón

siempre dominante,

siempre violenta,

siempre impostora,

siempre de acuerdo

con las leyes

que ellos mismo cagaron

y cagan,

cada vez que se recuerdan

armando listas de muerte

los veinticuatro de marzo,

porque ahí sí que los fragmentos

estaban dispersos,

ocultados debidamente,

y quien no levantaba cuerpo

podía seguir de rastrón

los acontecimientos de

sangre que eran la vida,

una llena de muertes,

unas ratas destrozando genitales,

picaneando extremidades

en clara descomposición,

porque dolor con dolor se paga,

y no habría más que decir

en este y cualquier poema,

¡Por favor!

alguien grita de repente

o escribe en la pared,

con un bote de pintura impresionista:

Yo estoy desesperado/ ¿y usted?

¿Y ustedes?

o es mejor no decir nada,

 no escribir nada,

porque todo lo que vayas a decir

seguro puede ser usado

en contra de una humanidad

que concentra el poder

en un porcentaje diminuto

de gente draculiana

dispuesta a enseñar su gran secreto

pero con una condición:

hay que saber quién manda,

a quién no morderle la mano nunca,

a quién no escribirle estas

y otras blasfemias contrarias,

porque sino la pistola amable

de ese bien

se encargará de acomodar

a los fusilados

donde tengan que yacer,

mientras otros escriban

los sucesos de la manera

más conveniente,

y culpables siempre

por soñar otros versos,

que no son estos,

no se engañen,

porque si esto sobrevivió

quiere decir que ya fue fagocitado,

aceptado por el organismo

depredador de ciervos,

NO HAY ANGUSTIA AHISTÓRICA

AQUÍ VIVIR ES CONTENER EL ALIENTO

& DESNUDARSE

Pero te juro que no sé

cómo le hacen para aguantar,

porque mejor sería explotar

con alguna verdad/

por alguna verdad,

y dejar la sombra para

los cobayos que vienen,

y experimentar eso que es

tu sabroso sexo sobre mi piel,

una cosa que dejamos

olvidada en el placard

de aquella casa,

un aguantadero,

con techo de chapa,

¿era un fragmento de algo?,

¿no?

¿una promesa?

pero, claro, ya lo dije,

no me puedo acordar

de esas astillas,

esos versos,

 que eran tu / mi / nuestra / vuestra

realidad,

o lo que pudimos

soportar.



*Aclaraciones: en cursiva y resaltados están escritos los versos que tomo prestados de Mario Santiago. Cuando hablo de Marshal, me refiero al autor de "Todo lo sólido se desvanece en el aire", Marshall Berman. El resto que se explique como pueda. Gracias por la lectura, siempre.

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