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Sobre Batman, Borges y el barrio Rivadavia



Al fin me encuentro

con mi destino sudamericano.

A esta ruinosa tarde me llevaba

el laberinto múltiple de pasos

que mis días tejieron desde un día

de la niñez. Al fin he descubierto

la recóndita clave de mis años,

la suerte de Francisco de Laprida,

la letra que faltaba, la perfecta

forma que supo Dios desde el principio.

En el espejo de esta noche alcanzo

mi insospechado rostro eterno. El círculo

se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.

(Poema conjetural, JL Borges)

 

Al fin me encuentro con mi destino diario, barrio Rivadavia, la intersección de siempre, ya saben. Y me siento y es de noche, y casualmente vengo de ver otra película muy mala en el cine, o bastante insoportable. Ese es otro destino inevitable del cine que se estrena todas las semanas, en esas salas gigantescas y tan cómodas, uno muy fatal y con estrellas que no brillan como antaño. La historia es casi la misma de siempre, los motivos son iguales a los de las películas pasadas, los disfraces se parecen mucho, más un largo etcétera de paisajes que se repiten, diálogos y coreografías demasiado esperables. Todo sumado a una especie de sobrevaloración de escenas, de la que peca un director que no conozco mucho, y que mejor prefiero terminar nuestra relación acá. Digo en este, mi fatal y deseado destino barrio Rivadavia, paredón escrachado, botella de cerveza en mano, verano en franca retirada, círculo que termina por cerrarse, y ya fue. Importa poco de qué película estoy hablando, que para el caso es lo mismo, sirve solo como un disparador a pesar de que fue tan larga como insoportablemente mala. Paso a lo rescatable. Nos situamos en la última escena, y es importante que te concentres en esto, donde el protagonista absoluto tiene la oportunidad de abandonar la vida que está llevando, una que claramente lo estresa a niveles inhumanos. Otra persona es la que lo pone en duda, la que le dice que la ciudad a la que dice proteger es una mierda y que nunca va a cambiar, y que mejor irse para otro rumbo a disfrutar de la juventud y etcétera. Pero el protagonista de siempre, con esa escasez de recursos lingüísticos que lo caracterizó toda la vida, la mira a los ojos y le dice que no, que su lugar es esa ciudad tan oscura y caótica como él. Y yo miro la pantalla y me despierto un poquito, sorprendido por el remate borgeano, me digo "este es el poema conjetural", este tipo está diciendo que su círculo finalmente se cierra, que su destino es esa mierda que es el reflejo suyo. Al menos es lo que su corta visión le permite, o lo que la desesperación produce en todo su cuerpo y espíritu. Entonces me miro desde lejos, sentado en esa misma vereda de siempre, en la misma esquina de todos los días, con la cerveza en la mano y la noche encima. ¿Se habrá cerrado mi círculo también? ¿Deberé aceptar de una vez mi destino barrio rivadariense? Supongamos que no, que mejor me imagino algún otro destino posible, uno más amable. Entonces saco la cabeza al mundo y veo que las cosas tampoco marchan tan bien, porque los justicieros siguen siendo todos chabones psicópatas que usan la violencia como respuesta a todo, y que se cagan en la justicia. O mucho peor, se inventan una justicia muy de mierda, que lo único que hace es reproducir el Sistema de gángsters que impera en cualquier terruño. Fatal destino del habitante de este mundo. Tomo otro trago de birra, me quiero esforzar por no ser tan pesimista. Pero bueno, todas las ciudades son un poco como esa ciudad Gótica llena de psicópatas y corruptos que no saben qué carajos es la empatía. Por algo todo el tiempo está la oscuridad persiguiendo a lxs personajes, por algo todas esas escenas con lluvia, y todos esos trajes incómodos con máscaras por las que apenas se puede respirar, y una falta de rebeldía llamativa. Se ve que no está más en el adn la necesidad de socializar la revolución, sino que mejor cada unx haga lo que pueda, se forme su propio grupo de choque por las redes sociales, y hasta la victoria en Tweeter siempre. ¿Por qué será que la gente con mucha plata es tan violenta? ¿Por qué será que la gente que tiene tanto poder es tan violenta? No tengo las respuestas para nada, se está yendo el calor y no me quedan recursos para publicar el próximo libro. ¿Y para qué carajos escribir? A lo mejor, ese es el fatal destino que me impuse, como para que no se me caliente la cerveza antes de que empiece a ser olvidado por esta esquina, este asfalto hecho pelota y este paredón que todos los días me espera con muy pocas ilusiones. Y leer un poema de Borges, a esta altura, es como ver otra película de Batman, es como caminar por senderos que ya no se bifurcan tanto, y que más bien dan una garantía de algo que ya estaba esperando ayer. Y no está mal, nada mal eso de andar cerrando el círcluo, eso de mirar para el cielo con los ojos medio mojados y todo el cuerpo y el espíritu dispuestos a aceptar ese fatal destino, que en verdad es como decir “tengo dos noticias, una buena y una mala”. ¿Por cuál querés que empiece? 

 

*****Otras cosas al respecto:

1) A ciudad Gótica le hace falta Peronismo.

2) Siguen sin explicar de dónde carajos sacó tanta fortuna la familia Wayne. Cada vez menos Diaz y más Wayne.

3) ¡Ciudadanos de Gótica, despertaos! El presupuesto de la ciudad se les va en sostener el sistema, dejen de pagar por tanto gendarme y policía, que es al pedo. De eso ni Batman quiere saber, tiene muchos amigos cobanis.

3) Ayer fui al cine y me terminé tomando una cerveza, hoy sale Netflix prestado y mate cocido...Al fin he descubierto la recóndita clave de mis años...

4) Me decidí a romper el Sistema, seguro termino mucho más pobre de lo que soy ahora y me encierran en esa cárcel/psiquiátrico de máxima seguridad: Arkham.

5) Y lo mejor de la película es la siguiente música, que parece que ahora se reflotó y me alegro por eso, toda película por más mala que sea acaba por dejarnos algo:  

***************************************************************************************************Con humildad y respeto por las instituciones que nos hacen una mierda, Juan********************explorando nuevas zonas de confort**************


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