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Confesiones de yo

 


Ante la acusación tan abrumadora, bueno…mejor empezar a dar explicaciones a modo de confesión:

1-  Era, si mal no recuerdo, un martes trece a la tarde. Había sol, sí, pero hacía un frío de cagarse. La playa estaba bastante desolada y el mar bien planchado. Había dos lanchitas pesqueras, de las amarillas, o buques o como las llamen, que andaban cerca de la costa, como si los peces se intentaran esconder sobre las escolleras. Una locura, maniobraban como si fuera que estuviesen en una bicicleta. Habré estado, no te quiero mentir, dos horas mirando todo ese espectáculo. No, peces no pude distinguir ninguno, pero de seguro habría una buena cantidad. ¿Cardumen, no? Exacto, eso, una comunidad de peces que se habían avivado. Ojalá nos pasara un poco más eso, de juntarnos para protegernos y avivarnos más, porque la naturaleza es sabia y no perdona. No es que nos ponga a prueba, nos sacude con lo que tiene porque la estamos haciendo pelota. Pero bueno, no me quiero extender en reflexiones de mate…Eso también, las dos horas estuve tomando mate, una de esas yerbas baratas que son puro polvo.

2- No tengo testigos por la simple razón de que estaba completamente solo. Hace tiempo que vivo solo y muero solo. Pero eso le pasa a todo el mundo, nada especial. A lo mejor, hay alguien que me vio en la costa ese día, y es el viejito que vive en la playa. Aunque es cierto, puede ser difícil que me sepa distinguir con claridad. A decir verdad, ni siquiera yo me puedo distinguir con nitidez. ¿Cómo me puedo llegar a ver sentado en una playa en pleno invierno, tomando mate y mirando sin punto fijo. Como sea, no creo que sirva de mucho esta aclaración, porque parece sospechosa. Sería conveniente que nadie me haya visto, dejaría plantada la duda. Este punto es el más flojo de mi defensa…lo siento.

3- Aclaro, antes de seguir el divague, que no tengo ningún tipo de relación con las Instituciones. Hace años que no me acerco a ninguna, ni educativa, ni de salud, ni de seguridad, ni nada. La última vez que enfermé estuve desmayado en la cama un par de días. Cuando quise levantarme me caí y quedé en el suelo durante horas. Casi muero deshidratado, pero afortunadamente pude llegar hasta el baño y tomé agua del inodoro. No es algo que hubiese querido contar, pero prometí decir nada más que la verdad. Luego evolucioné bien y a los pocos días ya estaba como si nada. Mucho más flaco y con la cara pálida, pero ya en camino para volver a ser yo o algo parecido…Y no, el día que no me pueda levantar, ahí quedaré sin decir ni hacer nada. Es mi forma de vivir, no necesito de otra. Cuando hay algo que me duele mucho, suelo tomar gran cantidad de ron. ¿Por qué ron y no otra bebida fuerte? Porque me acostumbré, como le pasa a cualquiera.

4- Esa imagen que me ponen delante no la reconozco. No sé quién es esa persona, nunca la vi ni la traté. ¿Ella dice que me conoce? Imposible saber cuál es su móvil para mentir de esa manera. A lo mejor me confunde con alguien más. Nunca me pasó algo así, que me confundan con alguien más, pero siempre hay una primera vez para todo…¿no? Tiene los ojos grandes y redondos, esa persona que me muestran, y tiene las cejas bien frondosas. ¿Para qué se atará el pelo? Sí, lo tiene largo, pero le quedan más vistosas las entradas a la altura de la frente. Me hace acordar a esos samuráis de la película Harakiri, que eran pelados adelante y con una cola larga en la nuca…No, no me estoy burlando. La película esa me encanta. Nunca entendí cómo carajo esos tipos eran capaces de clavarse un puñal en el estómago, menos uno desafilado. ¿Para qué tanto sufrimiento? ¿Por qué tanto sufrimiento?...¿Yo? ¿Qué tengo que ver con eso?

5- Respecto a ese documento, no tengo ni idea de por qué dice ese nombre y esa dirección y ese grupo sanguíneo. Se me ocurre que es una casualidad enorme, o un error del sistema. Suele haber errores en todo tipo de sistemas, ninguno es infalible. Mas bien, lo que hay son sistemas inefables, que de alguna manera queremos creer que son perfectos. ¿Qué van a ser ideales? Nada de lo humano puede ser perfecto, lo siento. Como también lo siento por esta persona, no tengo palabras para decirle porque no tengo nada para explicarle. Al parecer nacidos el mismo día, el mismo mes, en el mismo año. Cuando lo llamen, seguro que también me voy a dar vuelta. Puedo donarle sangre cuando lo necesite, no tenemos un grupo sanguíneo popular.

6- En lo que tiene que ver con ese poema, perdón, yo no lo escribí. Imposible que yo escriba yo en ningún verso. ¿Él dice que fui yo? ¿No será que él no sabe decir yo, escribir yo? Es fácil, pero a lo mejor tiene problemas con aceptarse. Yo nada más miraba los barquitos amarillos, esas dos horas, tomando mate. Eso era lo que estaba haciendo ¿Cómo voy a estar escribiendo al mismo tiempo un poema en el que digo que yo – o sea él- “estoy parado mirando el horizonte sin saber cómo se hace para respirar con tanta muerte”? Eso es tremendo, no es algo que pueda pensar. Más bien, en ese momento se me venían a la cabeza Moby Dick y Titanic y todas las historias con barcos y bestias del mar, ya sean mamíferos o hielos gigantes y sin vida. Eso pensaba, y también en qué carajos comería a la noche.

Repito, soy inocente, no soy un asesino de versos y palabras. Ese es el otro que quiere decir que yo soy él, diciendo yo. Que se haga cargo de lo que dice y lo que hace, que me deje a mí disfrutar una puesta de sol en la playa tomando mates y sin esperar nada, sin falsear ninguna reflexión. Que no me joda más la escritura.


****Parece algo paranoico eso que acabo de escribir, o que alguien más acaba de escribir. Entonces como que de banda sonora no puede ir más que esta música:

************Humildemente, Juan, que no se piensa un Yo*************ni en pedo******************************************mejor salir...


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