En una de
esas notas geniales de diario digital amigo de cualquier gobierno de turno, leo
que para poder atravesar más holgado los siempre bíblicos e inevitables tiempos
de crisis, es imprescindible aplicar ciertos ajustes en la vida diaria. Y me
sorprendo porque si es por lo de ajustar, imagino que ya no queda un habitante
del barrio Rivadavia con capacidad para apretar aún más el cinturón. De verdad,
ya son pocos los pantalones que me ajustan bien, a pesar de que empecé un
momento en la vida en la que tendría que ir poniéndome:
1) Más
pelado
2) Más ancho
3) Más
conservador
Como sea,
el artículo ofrecía algunos consejos para poder ahorrar algunos pesitos
impensados, que desgraciadamente van a ser licuados o motosierralizados la
semana que viene. Pero la ilusión es lo que cuenta en tiempos de la postverdad,
o la prementira. Acto seguido, atendí a dos sugerencias ahorrativas que me
parecieron objetivos medianamente realizables por mis propias manos. Primero,
agarré la maquinita de afeitar y me corté el pelo. Pero como no funcionó muy
bien, terminé este nuevo trabajo con la ayuda de una tijera que estaba en la
caja de herramientas, una caja olvidada en el balcón hace meses. (más o menos)Bien
por mí. Para la segunda etapa de “hágalo usted mismo y será más millonario”, me
propuse cambiar el vástago de la canilla del lavamanos del baño. Y hasta ahí
llegó mi límite. Mejor dicho, lo alcancé. Las cosas pueden ser más complejas
que lo que una nota de un diario puede sugerir. Otra vez, efecto postverdad,
prementira. Sería mi realización una postmentira construida por una muy falsa y
maliciosa preverdad. Y en eso andamos por estos días de marzo en el barrio y en
el mundo, entre verdades a secas y mentiras humedecidas por lágrimas de quienes
se fuerzan por aguantar a que el milagroso sol de mayo nos deposite en la vía
correcta para terminar de ser los que no llegamos a fin de mes. Los eternos
relegados de la masa de desdichados, que no solo tenemos que laburar doce horas
por día, sino que además –trabajito extra, horas corazón- debemos pensar en
votar mejor o directamente ir a fondo con la revolución. El problema radica,
además del escaso tiempo y el cansancio, en cuál sería la salida que estaríamos
buscando. Pendulando entre antagonismos históricos, casi siempre las opciones
son duales, porque a cada revolución su detractor y a cada detractor una
contrarevolución, y así la historia se pondría a transcurrir pero…nada bueno
bajo el sol de mayo. ¿Entonces? Ir por la moderación democrática, el diálogo socrático,
la ancha avenida del medio, que en una rápida lectura se podría resumir en:
dejemos que los que la tienen la sigan teniendo, pero siempre y cuando repartan
algo. Y después vemos, o aguantamos. Y la cosa después deviene en el ahora tan
afamado y televisado en exclusiva con aplaudidores y fuerzas de seguridad
arreglados para la ocasión: que se vaya todo a la mierda, mejor entreguémonos
al déspota más desopilante que nos pongan delante de los ojos, en esas
democráticas y universales redes (a)sociales…Y hasta eso quería llegar, porque
la semana pasada salió el último disco de The
smile, el proyecto “alternativo” de Tom Yorke y Jonny Greenwood, cuando se
toman respiro de Radiohead.
Justamente, el disco se llama Wall of eyes,
algo así como un muro / pared de ojos, una suerte de relectura pinkfloydiana
sobre la alienación que producen los dispositivos tecnológicos con sus redes en
la actualidad. Y esa pregunta que queda picando sobre si seguís estando ahí, si
estamos en algún lugar a pesar de que pareciera que lo viéramos todo a toda
hora, a pesar de todo ese muro lleno de miradas ajenas / inquisidoras, que no
son más que individualidades enajenadas, separadas al nacer, destinadas a caer
en la lógica del mercado. Un sujeto sujetado por su capacidad de consumo,
siempre infinita tanto como autodestructiva. ¿Con esto qué quiero decir? Ni
idea, pero tengo algunas inquietudes. Porque puede ser que, a lo mejor, la
realidad exija mayor atención, un abandono del maniqueísmo, de las dualidades
que nos llevan a los mismos dilemas todo el tiempo. También puede ser que haya
que desujetar a ese yo, separarlo una vez más del nuevo muro que se construyó,
volverlo hacia la experiencia colectiva emancipadora. Quiero decir, que seamos
capaces de imaginar un mundo mejor, un país más humano, un barrio más unido,
más justo, más piola. ¿Cómo alcanzar semejante objetivo? Se me ocurre que algún
medio digital podría empezar por dar algunos tips, en vez de esos consejos de
mierda que te ofrecen para que hagas las cosas solo y demuestres que podés
sobrevivir mientras un pequeño grupo triunfador sigue concentrando guita y
poder. ¡Sí! La tuya también les sirve, gil. ¡Y la mía, y todo lo que puedan ser
capaces de almacenar! Insisto, mejor que enseñar a cómo hacer tu huerta, cómo
cortar el pelo a tus hijes – y ahora más que nunca: aguante el inclusivo- o
cómo cambiar el cuerito de una canilla para bancar al facho negacionista que
congela la economía a ritmo desenfrenado, mucho mejor que todo eso sería
enseñar que el arte nos puede reconectar, reconciliar, darnos las herramientas
para construir un futuro viable, pacífico y donde entremos todes. Ahora me toca
buscar un par de cosas antes de unirme a la causa, a la mejor causa de todas.
Vale la pena el intento de un futuro mejor, siempre. Pero, como decía, antes
debería hacer algo con este pelo que me quedó para el reverendo ojete, ¿alguien
conoce un peluquero/a/e del palo que no me rompa la flaquísima billetera
virtual? Y también tengo que solucionar lo de la canilla del baño, es
jodidísimo afeitarse en la bacha de la cocina. Ya sabés, si conocés un plomero/a/e
compañero / camarada hacémelo saber, y que por favorcito no me rompa el orto
con el precio. Acordate, la única manera de tirar abajo los muros que siempre
nos empeñamos en construir es comenzando a derribarlos de a poco, paso a paso.
*Música de fondo de lo mejor del año, y eso que recién está empezando. El disco entero es una genialidad, el tema que le da el nombre también, pero este temazo sobre la amistad es insuperable:
**************************humildemente, el Yo que dice ser Yo*************************cambiando esos recuerdos que estaban perdidos********
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