Estar lúcido es tener cierta claridad en el pensamiento, algo de lógica en los razonamientos, capacidad para quitar los obstáculos y reconocer lugares y caras que solían ser familiares hasta ayer. No extraviarse en ese sendero. Aunque en realidad es una frase que se utiliza mucho para referir el estado de una persona por lo general mayor, que por su edad debería estar desvariando, y con mucha razón. Incluso sería hora de que no estuviera en el plano mortal, porque ya habría alcanzado el tiempo requerido para jubilarse de la vida. No sé bien en qué momento estoy yo, el yo experimental, pero siento que esa frase me queda bastante acertada. Sentirse lúcido también es ser consciente de que hay condiciones de sobra para que esté más que justificado, justamente, el estado contrario. Algo de eso sería: estar encerrado en una habitación de un departamento compartido con otras seis personas, un día de tormenta intensa, con nada de guita y un televisor común que pasa una serie sobre un niño que tiene un perro como acompañante emocional. Ok, eso sería un contexto deprimente. Pero somos lo que comemos, tanto como la manera que enfocamos cada acontecimiento que nos toca atravesar. Voy a comer arroz, y esa es justo la comida que mejor me define. El arroz siempre necesita de mucha agua, es un alimento barato y corriente, acompaña cualquier otra comida, y también suele ser un alimento insulso, insoportable y redundante. Una oración escrita por descarte, pereza o real falta de dinero.Todo un yo experimental al plato, con aceite y queso rallado. En cuanto al enfoque emocional, tenemos lo que sigue:
1) sé que en este momento existe el último libro de Rodrigo Fresán y no lo tengo. Somos lo que leemos. O mejor dicho, somos lo que releemos, para citar una cita que Fresán utiliza seguido, frase que es de Nabokov. También sé que no lo voy a poder comprar en el corto plazo, una cagada. Pero me conformo con algo que me quedó de su escritura, un eco de tanto leerlo en el pasado. El pasado del lector es el reino del escritor. Una frase que me refiere a eso de lo que hablaba Elena Poniatowska en una entrevista, uno escribe porque se siente bien hacerlo. Como ahora, mucho más que una vía de escape, escribir es un camino a seguir en el día porque está copado, como cagar, coger y fumarse un faso.
2)la lluvia no aflojó en toda la semana. La lluvia suele achicar más los espacios y bajar la temperatura. También provoca inundaciones y que los autos aumenten la velocidad. El último dato no tiene sustento científico ni académico, pero es acertado *aclaración: no todo acierto es científico o académico. Hay aciertos de tipo poético, como cualquier verso de Mario Quintana o de Juan L Ortiz. Siempre que pienso en aciertos se me viene a la cabeza La orilla que se abisma* La lluvia también nutre al suelo, da vida a la flora y fauna de cualquier lugar, y me salva a mí, simple humano que no podría nunca calmar la sed de nadie ni apagar un incendio forestal.
3)dinero ¿Capítulo? El motor de cualquier novela policial, el motivo de las peores traiciones, de las depravadas ambiciones. Una metáfora que se nos fue de las manos. Mucho peor si tenés poco o nada. Ahora no me puedo tomar el bondi a donde quisiera ir. Por suerte soy bueno para mantener la avaricia a un lado, no tendría problemas para administrar una fortuna, que es una cantidad obscena de dinero. No soy de olvidar al barrio ni de revolear a la marchanta los morlacos del otario. Quiero decir, me vendrían bien unos mangos. Nada. Igual no está bueno hablar de eso, es tabú, queda mal, incomoda. No es amable preguntarle a la gente cuánta biyuya tiene en el bolsillo o en la billetera virtual.
4)las relaciones sociales. Vuelvo a la serie del perro acompañante emocional. Me encantaría tener uno para que ataque a todos los seres que no soporto, en general libertarios Made in siglo XXI. Y sí, ya sé que no es la onda de la serie, no funciona así, el perro lo que hace es ayudar al niño autista a conseguir amigues. Yo lo estaría utilizando al revés, pero siempre terapéuticamente. No quiero al perro para que sea mala onda y muerda a todo el mundo. Solamente tiene que mantener lejos a la gente que no me trago, pero de buena manera, con sutileza, porque no quiero romper relaciones. Pasa que tal vez hoy, este yo experimental no esté interpretando una versión copada de sí mismo. En términos musicales sería un cantante desafinado de una banda tributo a Valeria Lynch. Pero calculo que mañana va a estar todo mejor, o algo mejor. Porque algún día deja de llover, y el universo continúa su expansión, y yo con él. Ese final sería la muestra más clara de mi lucidez circunstancial, a pesar de que no me lavé el pelo y lo siento como un casco de minero. El baño está siempre detonado, y el agua se suele acabar a mitad de mes, porque donde paro hace mucho calor. ¿En qué mes estamos? Estaremos rondando el año nuevo, calculo, son fechas en las que hace calor y llueve, fechas en las que pongo a prueba mi lucidez. Algo así como el primer chequeo médico del año, para quedarme tranquilo que no voy a hacer una estupidez. Al menos ninguna estupidez que me ponga en peligro. Y eso que escribí sí que es una estupidez, suena a folleto de Ministerio de salud del municipio de la ciudad etcétera. Linda ciudad esa, aunque estaría bueno que construyan los departamentos con paredes más gruesas, y que sobre todo abandonaran ese empeño tan porfiado que tienen en aumentar la brecha entre ricos y pobres. Ahora sí me siento más lúcido que hace un rato, cuando empecé a escribir. Muy cierto lo tuyo, Poniatowska, muy cierto.
*este tema sonó de fondo casi al final de la escritura, y por algo será:
*********con humildad, el yo experimental******me voy a trabajar un rato en este otro país********me llamás y te atiendo ¿Sí?
Comentarios
Publicar un comentario