Siempre es
bueno empezar a romper cualquier hielo con un comentario sobre el estado del
tiempo. Y me refiero al tiempo en su costado meteorológico, obvio. Nublado,
simplemente inciertamente nublado, con una temperatura ambiente indescifrable,
y unas probabilidades poco exactas de que salga el sol o llueva a mares. Un
presente confuso, una predicción poco clara, sobre un pasado cada vez más
difícil de interpretar. Sería el momento ideal para comenzar alguna cosa, como
por ejemplo una investigación, o un poema que se pregunte un poco sobre la
existencia y su sentido en un mundo dominado por la inteligencia artificial…algo
así como versos de ciencia ficción, con animales extraños, bestias, algunos
vampiros y esos fantasmas que molestan todo el año porque les queda muy corta
la semana de navidad. ¿Estás en el barrio Rivadavia? Claro, siempre, con algunos
cantos de fondo, bancando al político peronista de turno, debidamente proscripto
por el sector antiperonista de turno. Eso, la Historia como un gran consultorio
donde la sala de espera es el lugar más parecido al paraíso, y la cagada es en
verdad cuanto te llaman para atenderte, y entonces te toca a vos, es tu turno.
¿Y entonces qué? Un buenas tardes doctor / doctora, vine acá porque me duele
tal cosa, y ya sé que usted no tiene visión de rayos x, qué lástima por eso, y
sé muy bien que se va a sobrepasar con los estudios a los que me voy a tener que
someter, luego de luchar porque la cobertura médica nunca se hace cargo de
ningún total, y después voy a solicitar los turnos debidos o ir a los
sanatorios públicos y que me atiendan para cuando ya sea demasiado tarde, y
entonces ahí sí a lo mejor usted se digne a revisarme como hacían los médicos
de pueblo en la edad media, que para los argentinos parece que no termina
nunca, y después de eso lo vuelvo a buscar por acá con un “sobre turno” que me
va a hacer perder diez horas más, hasta que finalmente me reciba para
anunciarme de que ya es tarde y nada se puede hacer, la suerte está echada, es
más que claro lo que se ve en los análisis, ¿tendrá parientes, amigos, “seres
queridos” a los que se les pueda avisar?, ¿y avisar qué, que me voy a morir? Descuide
doctor / doctora ya lo sabían, es más, contribuyeron bastante para llegar hasta
este punto, perdón hasta este turno, el momento de salir a la ciudad nublada e
incierta / desordenada, tratando de encontrar alguna certeza tirada en el medio
de la avenida Jara, justo a una altura en la que no hay semáforos y todo el
mundo pasa a cien kilómetros por hora y si te atropellan andá a cantarle a la
Piba Berreta, y qué mierda de dieta me quiere hacer seguir doctor, no creo que
lo sano esté relacionado de buena forma con el presupuesto que manejo todos los
meses, porque suena lindo eso de poder comprar dólares todos los días pero
quién carajos puede hacerlo yo no sé, no conozco jueces de la nación que me
vayan a defender y eso hay gente que no lo puede entender, y si me mandan con
una recomendación para recibir un beneficio en tal lugar lo más seguro es que
la persona que me atienda me diga algo así como “ni idea che, nadie me dijo
nada de vos”, pero no se haga problemas porque seguro que la mutual xxx no me
va a cubrir una mierda y para cuando consiga una cama en un hospital ya
habremos sido invadidos por esos escarabajos del Eternauta y ahí a lo mejor ellos sí me atiendan, porque lo bueno
del que te quiere conquistar es que por lo menos te da bola, es buenísimo que
alguien se acuerde de vos aunque sea por algo feo, pero estamos en la época de
la indiferencia absoluta y lo sé mejor que nadie porque yo hago exactamente lo
mismo, les digo a los comensales “saquen turno señores, no ven que esto es un
quilombo y que nadie se salva solo….quise decir, no ven que esto es un quilombo
y que nadie se salva y punto”, y algún puritano progresista más papista que el
Papa me corregiría y me cagaría a pedos por eso de utilizar la palabra
quilombo, y entonces qué tal si digo en su lugar galimatías ¿eh?, como pedirle
una orden para comprar una botella de litro y medio de pastillas para poder
dormir, porque a quién carajos le importa cómo hago para pegar un ojo a la
noche, eso de que “¿cómo hace para dormir ese hijo de yuta?” – el que le pegó
un tiro por la cabeza al pibe de diez años – ya pasó de moda porque todo el
mundo tiene problemas y que se salve el más apto para poner su dinero virtual
en monedas virtuales para generar unas ganancias virtuales que ayuden a salir
adelante a toda la comunidad virtual, doctor ¿no querrá asociarse a mi canal de
Chotube, de Chuik, de Twinder? Así le puedo mostrar todas las formas de cagarse
en el otro que se me ocurren por día, un deporte tan apasionante como esos
partidos de fútbol que son todos iguales y que se juegan todos los años porque “la
pasión mueve montañas” y también sirve para que las casas de apuesta virtuales
se queden con los aguinaldos de pobres y grises personas que están tan
aburridas que mejor ponerle pimienta a esa “finalissima” que juegan esos dos
equipos de tercera que no hacen un gol desde el siglo diecinueve, todo esto no
tiene nada que ver con el turno aunque me sirvió para sobrevivir en la sala de
espera, ese no lugar que es el sitio perfecto para practicar miradas: nadie
habla, nadie se mueve, todos pensamos que tenemos la atención asegurada, que
somos los que siguen en la lista, que vamos a pasar al consultorio y que
alguien con cara más o menos de boludo nos va a decir: buenos días, ¿cómo andás?
¿qué te anda pasando?....1) Si estuviera bien, no vendría acá, una obviedad. 2)
Ponete cómodo, doctor / doctora, tengo un galimatías que me viene jodiendo
desde antes de nacer, y ahora me vas a escuchar.
******Sí, claro, por supuesto, aguante la Piba Berreta:
*****************************humil-de-mente, Juan**************************y como no te conocí - todavía - no me toca ser mejor persona****************
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