Una porción
de arena les comía los tobillos, mientras caminaban charlando contra el viento
sur. Una escena que nadie, con dos dedos de frente cinematográfica, rodaría esa
tarde. No, ni en ese espacio ni en ningún tiempo. Pero se suele suponer que las
mejores ideas surgen en los peores contextos, como si fuera una película sobre
cómo nació esa película tan buena,
una suerte de precuela o prólogo necesario para explicar innecesariamente razones
de grandes éxitos. En fin, un detrás de escena, un especial por si acaso la
película la pega. ¿Qué sería pegarla? ¿lograr contar una historia más o menos
con sentido? ¿o lograr contar unos personajes totalmente perdidos?...en una
playa, fuera de temporada, con viento sur moderado, ni fuerte ni suave. De la
escena hay que tomar unos planos especiales, cosas al parecer insignificantes
pero que después son la narración en sí, a medida que avanza la trama, como las
uñas pintadas de uno de los dos personajes, mojándose con la crecida del mar, intermitentemente
en la orilla. Un sonido de fondo, que es más bien un zumbido acristalado, que
habrá que imaginarse cómo sonaría, no queremos realismo en la escena porque
para eso está la vida. El plano se corre de los pies de uñas pintadas hacia el
rostro del otro personaje, que realiza un gesto que parece melancólico o apenas
divertido. Es, en cualquier caso, un gesto contenido. La escena parece tomar un
desenlace lento, como de tortuga masticando un caracol. Reitero, no es una
escena realista, no busquen referencias en la rutina diaria, ni sonidos que se
correspondan con lo que ven mientras leen. Este es una especie de viaje al
pasado, que se caracteriza por su lentitud, porque hay que escarbar donde hay
mucho fondo, mucha materia informe. Momento del flashback: el personaje del
gesto contenido intenta recuperar otro paseo en otra playa, en otro tiempo, en otro
clima, con otro sonido, con otras uñas pintadas, junto a otra persona con la
que alguna vez se imaginó pasando el resto de su vida. En presente, ese
recuerdo le hace cambiar el gesto, la cámara lo enfoca pero no lo entiende, esa
mirada a los pies con las uñas pintadas de la persona con la que comparte el
paseo y lo vertiginoso del presente, que sí se expresa a toda velocidad. Es el
ahora frenético de la escena. El foco de atención se va hacia el cielo nublado,
en el horizonte. La cámara muestra la línea que separa al cielo del mar. Parecen
casi la misma cosa, pero no lo son. Parecen destinados a ser uno, pero no. Los
dos simulan un mismo tono de gris. La lluvia amenaza. El futuro prefigura una
complicación. Del cielo caen las primeras gotas saladas, la escena sigue ahí.
Una voz fuera de foco se escucha tímidamente, como a la distancia, como no queriendo
preguntar lo que, finalmente, no puede evitar preguntar: “Vos ya no me querés,
¿no?”
Una música se
apodera del ambiente, mientras vemos que del cielo las gotas intensifican su
caída. El cielo y el mar, cada uno por su lado.
Fin de la
escena. No hace falta contar nada más.
*****esa música de fondo:
************************************+humildemente, Juan***********************+un trozo de ficción****************
No hay comentarios.:
Publicar un comentario