Todavía no
entiendo si este libro es una guía para chinos que quieren laburar en un hotel
inglés, o si por el contrario es una ayuda para ingleses que quieran trabajar
en un hotel chino, o si es un tratado de convivencia para el barrio Rivadavia,
pero en este último caso no cuadra la parte en inglés. Las cosas que se pueden
encontrar en la calle, en la esquina de siempre. Es un buen ejercicio, intentar
entender un libro, cualquier libro, y sobre todo si es uno escrito en una
lengua distinta al español. ¿Que si termino entendiendo algo alguna vez?
Supongo que tampoco me terminó de cerrar esa idea, que andá a saber si sea verdad
o mentira, de que desde el Ministerio (o secretaría u oficina administrativa con
permiso solamente para manejar redes sociales) de Seguridad de la Nación van a
crear una especie de agencia para la investigación de delitos graves, algo así
como el FBI argento. Y que para eso van a reclutar jóvenes graduados con
titulación universitaria al día, y que les van a pagar un sueldo que ni en pedo
nosotros en la comisaría que nos tocó
como condena soñamos con cobrar alguna vez. Todo lo que llevó a que el
malestar en el trabajo empeorara, y que la investigación del asesinato del niño
todavía sin identificar se pare en seco. Nadie quiere mover un dedo hasta que
se aclare lo otro, hasta que alguien de arriba nos asegure que las
investigaciones de homicidios las vamos a seguir haciendo nosotros, y que en
todo caso esa nueva agencia estatal o como mierda le quieran poner la vamos a
manejar los que estamos acá, los que venimos fumándonos todas las cosas que la
sociedad prefiere poner a la sombra. ¿Qué carajos tendrá que ver “restaurant”
con “jefe de cocina” para que los chinos lo signifiquen con la misma palabra de
cinco caracteres? ¿Cómo mierda se pueden escribir esos caracteres tan
complejos, es como si cada uno de ellos fuera un dibujo, cómo hacer para
escribir eso con cierta velocidad necesaria para apuntar cualquier cosa a mano?
Imagino que les pasará lo mismo con las letras de nuestro abecedario, a los
chinos, digo. Alguien entra a mi despacho justo cuando empiezo a dibujar el
primer caracter que vaya a saber qué letra designa, o qué letras designa si es
que tiene alguna comparación con el abecedario. Es uno de los ayudantes que
hace unos meses que está en nuestra comisaría, y que tiene miedo de preguntar
cosas porque siente que le debe algo a vaya a saber quién. Y yo le digo que se vaya,
que por hoy ya no hay nada para hacer, que igual nadie se lo va a pagar. Veo que
se queda y que mira al suelo como intentando tomar coraje para preguntarme
algo, por lo que le exijo que lo haga, y lo que dice es lo mismo que el resto
de sus compañeros, entonces lo tranquilizo y le aseguro que su trabajo no corre
riesgo, que nadie se va a meter con la
comisaría que nos tocó en condena, aunque la mera verdad es que ni yo tengo
idea qué pueda pasar, porque hace décadas que estoy en este juego en este
barrio en esta ciudad en esta provincia en este país, y nunca se termina de
saber del todo absolutamente nada, y que las proyecciones son una entelequia,
un oasis vacío como los acantilados de la costa que nunca llegamos a ver. Somos
del selecto grupo de marplatenses que viven de espaldas al mar, que solo lo
visitamos un par de veces al año, cuando hace calor, cuando no hay algún tipo
de quilombo que decrete una suerte de “estado de excepción”, pero siempre es el
caso, todo el tiempo de nuestro tiempo es un constante estado de excepción.
Chef es una palabra que en chino se escribe con apenas cuatro caracteres,
parece fácil, lo voy a intentar, el primer caracter y el último se ven
accesibles, pero el segundo y el tercero son imposibles. Me gustaría tener un
amigo chino para poder consultarle, para que me enseñe a dibujar sus letras,
tal vez así pueda empezar a imaginar otra realidad. Quién sabe, hasta por ahí
me agiliza para el trabajo policial, a lo mejor descubro otro punto de vista
distinto al que tengo ahora como virus que no me puedo despegar, porque
solamente se me ocurre que al pendejo que mataron le está dejando de interesar a
la opinión pública, y que eso es porque no conviene agitar las aguas cuando
está por empezar la temporada de verano, y que los políticos meten su perversa
cola para que miremos hacia otro lado ¿FBI argentino? No jodan. También de
seguro que el padre del pibe está en Batán o lo asesinaron por ahí porque no le
devolvió a alguien más lo que le habían dicho que tenía que vender, y de paso
boletearon al pibe por las dudas, por exceso, porque primero se mata y después
se pregunta, igual que me dijeron esos policías mexicanos hijos de la chingada
virgen de Guadalupe, la virgen de los narcos, la virgen de los muertos, la
virgen que nos vigila con su chaleco FBI en inmaculado estado, y el pendejo
bien muerto, con el culo desgarrado y ensangrentado porque lo violaron para
joder nomás, para que no podamos dormir por lo que queda de la década, para que
nos levantemos todas las mañanas queriendo estar muertos, para que reventemos
de indignación viendo cómo todas esas muertes salvajes son alimento del Sistema
de acumulación que manejan esos dueños de todo, los que cierran los ojos y dan
la espalda a la miseria, es el premio que consiguieron por pisar las cabezas
que debían, nada personal, un auditorio de aduladores que escuchan decir al
ganador cómo le hizo para dejar atrás toda la crueldad que ahora señalan en el
ojo ajeno, a la distancia del Dios, con hipocresía. Esa brutalidad no es culpa suya, de eso debe
hacerse cargo alguien más, no en su nombre, no con su ganancia, todo legal
porque él mismo impuso las reglas. ¿Cómo dibujar en chino la frase “por favor, otro
vaso de Whiskey, y que sea doble”? Empiezo por la primera letra, la termino
pero no parece bien dibujada. No va a significar lo que quiero. Parecido a la
investigación, al FBI del barrio, a la comisaría
que nos tocó en condena. Veo todo perfectamente, no lo puedo escribir,
promesas que se hacen para no cumplir.
Reflexiones berretas, trozos de ficción, ensayos bonsai , trampas de lectura y escenas robadas, realizados por el Yo que dice yo: Juan Mnp, habitante del barrio Rivadavia / Don Bosco nacido en los ochenta. Tomate unos minutos y sumergite en alguno de estos textos. Contacto juanmanuelpenino@yahoo.com.ar
El detective y el libro chino (tercer capítulo)
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