Un mismo cuadro

Pasaron cinco años

-con sus días

y sus interminables noches-

de la última vez que nos vimos,

y desde ahí se confirmó

-o mi figura de relector obsesivo

lo hizo-

eso de que los recuerdos

tienen partes no lineales

que son solidarias entre sí,

porque se unifican

hasta volverse un bloque homogéneo,

y como soy sudamericano

no pude dejar de evocar

ese cuadro irreal

con la devoción

de un desolado, desesperado

y respetuoso guardián de la jerarquía,

aunque a veces sueñe

con mi propia revolución,

como cuando éramos más jóvenes

y sí estaba presente la idea del Hombre Nuevo,

y Fidel nos hablaba desde las escalinatas de la UBA,

y el Che se nos pegaba en las carpetas

con esa mirada filosa

de quien no piensa transar sus ideales,

pero pasaron esas noches de mierda

y transás…

 

Nos podría echar la culpa

pero no cuento con tu consentimiento,

una vez pensamos que éramos casi felices

y salimos a caminar por Jara

y había demasiada gente

durmiendo en la calle,

entonces solamente pude

tirarme en la cama

a escuchar Dos minutos

y a tener esos deseos

autodestructivos que solemos

tener todos los pueblos

y que sabemos utilizar muy mal,

me di vuelta por un tiempo,

abandoné la jerarquía,

no nos vimos en el cuadro,

se restauró el mismo problema,

paulatinamente,

la revolución cayó en el museo,

alguien inventó la manera

de empobrecernos

mucho más rápido

y con nuestra aprobación,

apareció un faro oscuro

con un soplo más salvaje,

derramando sangre primitiva,

y sentí que lo mejor

era acariciarnos en una tarde de calor,

dos cuerpos sudados,

incómodos,

pero juntos,

fatales,

frágiles,

revolucionarios,

invencibles…

 

¿De esperar?

Sí,

tal vez,

un sueño efímero

con la sensación

de que esos años,

con sus condenadas noches,

todavía se leen

en un mismo cuadro,

o que por lo menos

me tienen algo de piedad.


*****La pintura es de Rembrandt, se llama algo así como La novia judía, y no queda claro si son una pareja en posición extraña, o un familiar cercano a la novia que le regala un collar o la ayuda a arreglarse el vestido a la novia, o por ahí otra cosa más retorcida.

*******El tema de Dos minutos que se sugiere es este, que es un cover de Perales:

*********Humildemente, Juan****************cuando lo de la libertad sonaba bien porque era revolución anticapitalista**********


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