"A veces, todavía, algún hombre revolviendo entre las mamposterías derrumbadas y los escombros, imagina que ha encontrado una verdad. Son verdades cada día más fragmentarias, cada día más tristes" Abelardo Castillo Crónica de un iniciado
Nunca creas en las mentiras de los gerundios, palabras que
fueron condenadas desde el primer día de la escritura. Ese día en que las vacas
aprendieron a decir “mu”, y que los extraterrestres utilizaron para autoproclamarse
de esa manera: seres a los que no les interesa para nada el planeta Tierra, y
mucho menos sus tristes y desquiciados habitantes. También te dicen que es
mejor escribir sentencias de manera activa, abandonar el pasivo solo por eso,
porque yendo en pasivo seremos dominados por quienes detentan el poder de la
actividad, de la súper productividad. Se vive como se escribe. Tampoco resulta
atractivo para el lector el ser invitado a recovecos extraños, de literatura mal
revocada, donde no se note cierta finura, algo de rigor. En concreto, se debe
notar que el escritor sufrió alguna pérdida, algo tiene que haber perdido, se
le tiene que haber caído el as debajo de su manga. Caso contrario es
insostenible una lectura, que parece perezosa, una real pérdida de un tiempo
que, igual, iba a ser sorteado en la tarde de algún reality show. Y eso tampoco
es bueno, escribir sobre cosas que ya no son de esta época, y que no sirven ni
para ser evocadas, porque carecen de atractivo vintage. Y en eso estaba
pensando Él, en que a lo mejor era un adorno que ya pasó de moda y nunca le
avisaron, como los collares hechos de taspitas de latas de gaseosa. Pero ahí
estaba, amando, temiendo y partiendo, y siendo abordado por voces que no le
interesaban para nada, esas que nunca jamás le iban a interesar. Y seguía
leyendo newsletters de escritores escribiendo sobre cómo no debería ser el
oficio de escritor, y citando a Orwell, a Vonnegut, a Nabokov, a Murakami
y a cualquier ingrediente de ensalada metaliteraria que se les ocurriese. En
eso estaba cuando llegó a la gran verdad…….
….que quema, como todo lo que es demasiado pesado y frontal.
Para abrazar una gran verdad hay que estirar los brazos tanto como se
pueda, corriendo el riesgo de dejar afuera gran parte de aquello que se quiere
cubrir totalmente. De ello surge la imposibilidad, ese artefacto tan preciso e
infalible como molesto y necesario. Las grandes verdades siempre se van a
escapar, y gracias a ello, vamos a seguir siendo espectadores de las
manifestaciones más estrafalarias en cualquier tiempo del mundo, en cualquier
lugar. El ejemplo ya clásico es el de los anti cuarentena y sus extraños
aforismos, sus líquidos químicos tomados por pócimas mágicas capaces de
terminar con las pestes más invencibles, a $500 el litro. Lo que parece una fabulación propia de
la Edad Media, resulta una verdad actual de la clase media. Y allí también
nacen, crecen y se reproducen sus altos representantes, brujos oscurantistas y
mediáticos campechanos capaces de erigirse como máximas autoridades de grandes estados.
Hasta ahí seguimos cagados, en eterna cuarentena. Hilando fino, tampoco por abajo viene algo demasiado
interesante. Porque es el tiempo de las verdades lejanas, atenuadas. Este es el
tiempo de adornar la verdad con algo que le permita ser tolerable. Entonces, el
Dios del sentido creó la posverdad, la verdad a medias, la verdad mediática, la
verdad láctea, etc. Todo un rubro dedicado a la verdad, pero que no es la
verdad, sino una suerte de placebo, algo que parece lo que en verdad debería
ser…..
A Él le toca ser rastreador de la verdad. Y lo único que tiene a
mano para intentarlo es la escritura y poco más. ¿Cómo hacer para escribir
correctamente? Escribir incorrectamente, inventar un manual de estilo que diga
esto: la escritura es todo aquello que usted pueda gritar lo más rápido
posible, sin dar lugar a malos entendidos, malas interpretaciones. En fin,
escribir bien es señalar a los que no lo hacen como uno, y con eso basta y
sobra. ¿Es eso una verdad?
1) No
2) La verdad, recuerda, es la primera de las mentiras, es el
lenguaje transparente, es el grado cero de la literatura, es el grado que no es
nada, es la nada misma.
3) Eso es una verdad, si se la grita en horario central, en
algún noticiero.
4) La verdad es lo imposible para el lenguaje. Pero esa
frase la tiene que haber pronunciado algún ente ficcional, pongámosle por caso
Él, y no Amalfitano o Lacan o Abelardo Castillo. ¿Quién es real de todos esos nombres?
Él creía que ninguno podía ser la verdad, o que todos lo
eran. Entonces, ¿será que es preciso caer en la desesperación absoluta? Acá
tenía una certeza, o creía en una certeza: sí……
…….Caer en la desesperación de un sábado a la noche, parás
en una esquina con una bicicleta porque se te cayó el barbijo y no te van a
dejar entrar a tu casa, pero no te diste cuenta y alguien se te acercó a
pedirte una moneda, le decís que no tenés pero viene otro que te apunta con un
arma y te quiere golpear, pero vos estás demasiado apurado como para que te
roben y les pedís perdón, que mejor te vas y seguís pedaleando y se escuchan disparos
y chicos que lloran porque tienen hambre desde que se inventó América Latina y
vos llorás porque parece que lo único que te entra en el corazón es Pedidos Ya,
y que te dejen en paz disfrutar de cosas que hacen mierda a los demás, o no te
diste cuenta que tu vida cuesta mucho, demasiado, miles de toneladas de sangre
humana y de otros animales, y a toda la tierra le duele tu rutina, mucho,
demasiado, campos arrasados, quemados, talados, para que llegues a tu cama para
poner una película en Netflix que te diga esto mismo, que te advierta que te
estás haciendo mierda consumiendo lo que te están produciendo, y que mejor te
cambies y vayas a regalar tu lomo por dos mangos, porque alguien tiene que
pagar todos los meses esta “calidad de vida”, alguien tiene que mantener los
camiones atmosféricos llenos de mercaderías listas para regalar a la fiesta del
consumo, y esas son todas tus verdades que te entran como mensajes de Whats
app, a razón de cien por segundo y que cuando te quieras dar cuenta ya está,
vuelta a empezar, ¿y cómo carajos se hacía para encontrar la verdad verdadera,
la que no necesitamos atenuar?...
Imposible, todo esto parece una espiral hacia la nada, una
escalera al vacío. Apunten y caigan todos, la noche de Walpurgis, la noche en
que no te haga falta la Wikipedia, porque en algún instante vas a intentar,
como Él, pensar algo por tu cuenta, o descubrir una voz que sea tuya, una
idea, algo. Vas a parar y, con suerte, si el tiempo no te dejó en el camino, vas
a llegar al punto final:
5) Esto no es una nota. Esto no es una verdad.
***
"Estoy harto y cansado de escuchar cosas que
dicen hipócritas de mente estrecha, desde un lugar de mierda,
todo lo que quiero es la verdad, solo dame algo de verdad" (JL)
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